Desiertos
Los desiertos son un tipo de bioma que se forma porque el aire
distribuye de manera desigual las lluvias o precipitaciones sobre la superficie
terrestre. También, otros factores como la presencia de cordilleras y de
corrientes frías en las zonas costeras pueden influir en su formación.
Los desiertos tienen un aspecto físico variado, algunos con rocas
y piedras, y otros majestuosos de arena. Se clasifican en dos tipos, observa el
diagrama.
Durante el día, los desiertos presentan fuertes oleadas de calor y
en la noche, bajas temperaturas. La flora y la fauna están adaptadas para
sobrevivir con poca agua, por lo que han desarrollado mecanismos de
almacenamiento y absorción de agua óptimos. Las plantas aprovechan los cortos
ciclos de humedad para germinar, crecer, producir flores y luego semillas en menos
de un mes. Se encuentran cubiertas por gruesas capas de cera u hojas
modificadas por espinas, para evitar la evaporación del agua.
Los
animales se entierran durante el día y salen por la noche. Los insectos,
gracias a sus tegumentos gruesos e impermeables, evitan la pérdida de agua y
otros ingieren agua ocasionalmente porque la obtienen del metabolismo de las
grasas.
La
superficie de los desiertos ha variado en las diferentes etapas de la formación
del relieve de la Tierra; sin embargo, en la actualidad tanto las condiciones
climáticas de ciertas zonas como la actividad humana son factores que ayudan en
los procesos de desertificación. Los seres humanos utilizamos recursos más
rápido que la velocidad de su regeneración y producimos más desechos que los
que nuestra tierra puede absorber y degradar.
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